Roscón de Reyes, con nata, sin nata y con chocolate
Rendido ante la actitud infantil de que la espera de tres horas para ver a los magos es mucho tiempo y en las proximidades de la plaza de Colón, qué mejor que un rosconcito de reyes a las 17:00 de la tarde en un café agradable como es el de El Espejo en el Paseo de Recoletos de Madrid. Me lo pido con nata. Es el día 5 de enero y es el primer roscón de una carrera de obstáculos en dos días.
Tarde familiar en casa calentito, viendo la cabalgata en la TeleMadrid, creo que este año la cabalgata fue más de lo que sacó Telemadrid en la pantalla, y disfrutando de un Roscón más que me llevo de la cafetería comentada.
Cena de roscón y desayuno de roscón, con un poco de sueño en medio y mucha de excitación mientras haces de Rey Mago. Qué emocionante.
El desayuno lo haces con trozos de papel, de cartón y de alambres de todos los regalos ya abiertos y te debates entre el de nata y el de sin nata mientras hurgas buscando tu sorpresa.
La comida es tranquila pero el día 6 tienes que hacer visitas recopilando Reyes Magos en casa de más familia. Es el momento de otro roscón. Este te lo ofrecen con chocolate, ¡uhm!
Por la noche te sale el azúcar, la harina y el agua de azahar por las orejas pero es un momento extraordinario. La verdad es que llegar a los Reyes es un triunfo después de tanta fiesta. Y sigue siendo emocionante.
El día 7 alguien te ofrece roscón...
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