Casino Royale, El Perfume, Infiltrados y El ilusionista
En estos días de diciembre he tenido ocasión de ir al cine, al bueno, al de la pantalla grande, al de la sala negra, al del sonido envolvente real, al del de verdad, al de siempre.Reconozco que los DVDs han venido a poner en mal lugar al cine, lo de la mula es otra historia.Pero si creo que los productores, los hacedores de historias, los actores, los del cine de siempre, se han atado los machos y han descubierto que el cine tiene una característica que lo hace único, su grandiosidad y su espectacularidad.Y así parece que lo han aprovechado y llevado al límite en una película reciente: CASINO ROYALE.
Esta película es cine trepidante, el comienzo de la película es tipo SIN CITY, pero es que cuando nos vamos a territorio africano la acción es demoledora, todavía tengo vértigo colgado de la pluma de construcción. Las escenas del Caribe son más monótonas y ahí decae el ritmo. Pero por el contrario todos empiezan a salir bien guapos y relucientes. El final de la película es inesperado, como debe ser en esto de James Bond. Muy recomendable, y el actor es fantástico en un papel que le cae como un guante, lo aguanta todo: primeros planos, planos medios, golpes, cicatrices que duran más de una escena... Es un actor rocoso o al menos el papel que hace pero es un llena pantallas excelente.
Otra que he visto es la de El Perfume. A mi me gustó sobre todo la ambientación de París. Esta película tiene dos planos, ambos grandes planos y de amplio espectro. Uno, en París con las barcas que se mueven por el río hacia el puente en el que se soportan un montón de casas, y dos, cuando Allan Rickman se lleva a su hija a caballo y la cámara viaja desde la nariz del personaje por montañas, valles y caminos hasta que se centra en casi un primer plano de la chica cabalgando y se le vuela el sombrero. Gran escena, muy grande. Lo de que la película huela o no, pues es un debate rancio, ¿alguién olía el libro cuando lo leía? Lo sorprendente es la historia. Eso es lo grande.
Más películas vistas, la de El Ilusionista, una preciosa historia de amor pero con poca chicha. La verdad es que siempre espero más de Norton, no sé pero me parece un actor fantástico que está dejando pasar el tiempo haciendo una carrera sólida pero poco triunfadora. Se tiene que meter en los Oscar. Esperaba más magia y menos amor. Pero bueno, es bonita. Tiene un malo muy malo y eso siempre se agradece.
La última que vi en este lote es la de Infiltrados, de Scorsesse, y eso siempre son palabras mayores. La película dibuja un aralelismo entre el delincuente y el policía apoyándose en una frase inicial de la película del gran Nicholson, es un actor bárbaro. El que se sale es Di Caprio, que contrariamente a Norton, es muy bueno y además se luce en películas de postín. El Matt Damon es sosito aunque es un perfecto capullo y los que están bárbaros y se lucen en sus papeles son Charlie Sheen y Mark Whalberg, especialmente este último. Ya podía tener siempre papeles para lucirse así el pobre. Gran actuación. Es una buena película pero no superará otras de Scorsesse. El final, no me gusta. Como decía mi abuela, se muere hasta el apuntador...
Como véis, y aunque parezca raro, es la de Casino Royale la que más me ha impactado, no sé si fue el cine, la butaca, la película o qué pero guardo de ella un recuerdo que no triunfa en las demás.
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